¿Por dónde arranco?. Voy a intentar hilar todas mis ideas.
Miercoles, 14:44 (justo), estoy almorzando hamburguesas de garbanzo con una ensalada. Llegué recién. Hoy trabajé en el laboratorio veterinario. Voy 3 veces por semana a la mañana, me encanta ese lugar y cómo me tratan, es un bálsamo después de haber trabajado como robot incansable e insensible. (Voy a tratar de no irme por las ramas).
De allí me fui a ver si en el Hospital Británico que abrieron a unas cuadras había guardia, pero no, había un médico que arrancaba 2 hs. mas tarde, y me fui. Pasé por otra clínica, pero no atendían mi obra social. Me fui a una librería que suelo ir. Y si, a veces voy a librerías, pues mi pasión son los libros y aún no tengo todos los que quiero. Si te gustan los libros me entenderás, nunca son suficientes.
Quería comprar el de Sofi Contreras, la admiro mucho y justo encontré que ya llegó a Argentina el libro de Leti Arévalo de @conamor.leti (ambos ya agregaré a mi stock de venta). Agarré los dos a pesar de no andar fluida de dinero, porque cuando te gusta un libro no hay economía que cuestionarse. Fui a la caja, intenté pagar con una app por la cual tengo descuento y después de 6 o 7 intentos de escanear el QR no se pudo, tampoco ayuda la onda del cajero. Me fui, el descuento era bastante y me dije, volveré otro día, voy a intentar controlar mi impulso.
Así que me fui a tomar el colectivo para volver a mi casa, un poco decepcionada pues mis dos objetivos no se habían podido cumplir y siempre la culpa de estar "perdiendo el tiempo".
Quería ir a atenderme en la guardia porque desde mediados de Julio, cuando me arrancó un resfrío que pensaba, era como cualquier otro, al día de hoy, 20 de agosto, no me termino de sentir bien. El resfrío fue una neumonía. Jamás pero jamás en mi vida me soné tanto la nariz para no decirlo muy escatológicamente. Eso quizás viene de la mano de una desparasitación que vengo haciendo con plantas y de un final de vida laboral en relación de dependencia con buen sueldo. De esto creo que ya hablé en mi entrada de blog anterior.
Volviendo al punto, quería hacerme ver porque si bien la neumonía “pasó”, me dejó una sordera en un oído que ya considero que no es normal. Tampoco la sensación de seguir teniendo mocos un mes después. Pero bueno, eso será para otro texto, otra interpretación, no sé.
En fin, estos días me vengo sintiendo mas o menos de ánimo. No sabiendo para dónde agarrar, qué hacer… de a ratos pensando mucho en mi futuro económico, pensando cómo conseguir más dinero. Nunca cuestionándome haber dejado ese trabajo, pero con cierta preocupación por la economía.
Al mismo tiempo, tuve pocas ganas de dedicarle al emprendimiento que tanto amo, así que ayer con la lluvia no hice más que ver charlas que me sumen y hacer cosas que aumenten mis ideas y creatividad. Así que vi una clase del programa Mujer Diamante de Mamá emprende que estoy haciendo que daba Naty Franz con su metodología de tapping. Hicimos un ejercicio y, al igual que otro que hice con Vero Samaniego en otra clase, me transportó a escenas de mi adolescencia e infancia.
Esta vez eran escenas donde hubo escasez. Mi viejo se independizó laboralmente a sus cuarenta y pico, como yo (se ve que es una edad de cuestionarnos algo). En su vida laboral hubo y hay altibajos y se me vinieron los “bajos” al recuerdo. Estando en la primaria, la verdad es que no lo padecí, pero recuerdo que hubo épocas donde no había plata para galletitas sino para pan con manteca y azúcar, y que mi mamá alguna que otra vez pedía en la panadería de la cuadra del cole las facturas del día anterior que nos las dejaban más baratas o nos las regalaban. Después vino el recuerdo de la adolescencia en colegio privado y un período de baja de mi viejo económicamente. Sintiéndome sapo de otro pozo porque nunca pude estar a la altura de mis compañeras. Jamás, pero jamás me sentí cómoda en la secundaria, pero eso es tema para otros textos y quizás otras vidas ja. Interminable. Pero en el ejercicio me ví en la esquina del colegio, saliendo, sintiéndome pobre, sintiendome mal. Y por último, y la tercer escena o momento fue en la crisis Argentina del 2001, cuando cursaba veterinaria y apenas llegaba con lo justo para los miles de colectivos y trenes que tenía que tomarme para llegar y para los apuntes que necesitaba. Había mucha escasez de dinero en ese momento.
¿Porqué se me vinieron estas escenas?, la mente todo lo relaciona, no se. Para que entienda, quizás, porqué me siento así hoy en día. Justo mi trabajo part-time se encuentra a la vuelta de mi colegio secundario y hoy salí un ratito mas tarde así que enganché la salida de los adolescentes… ¿fue casual?, no se… me hizo pensar, rememorar.
A la vuelta de mi recorrido de hoy volví escuchando el podcast de Mientras respires estas a tiempo, también de Leti Arevalo, uno que se llama Dinero 2, y me dejó pensando. Siempre estoy pensando en sentirme abundante, en hacer rituales, en cambiar mi chip, en entender porqué a veces pienso como pienso. No encontré respuestas aún, pero esto es una búsqueda constante.
Sólo necesitaba expresar estas ideas. Ya me siento un poquito más liviana, acá comiendo mi hamburguesa con gusto a falafel, en un día que amaneció lluvioso y ahora está soleado, con una primavera inminente y un viento que se deja escuchar y sentir, un viento que oxigena la casa. Hoy, un 20 de agosto, cuando hubiese cumplido años mi suegra Beatriz. Betty, te recuerdo, estas en este sol y en este viento, estarás siendo amor y energía en otro plano, ya nos volveremos a ver. Besos al cielo o al “Otro Lado” según el libro “Señales”.